viernes, 9 de diciembre de 2016

2. LAS VISITAS

Mi vecino, no contestó y emitió un sonido que podría erizar la piel a cualquiera, y a la par del sonido empezó a andar más deprisa a cada paso, y aunque daba la sensación de que estaba cansado o quizás lesionado, cuando quise darme cuenta y reaccionar le tenía a menos de medio metro de distancia, fue entonces cuando puede ver su cara. Los ojos tristes, totalmente negros sin ningún atisbo de personalidad ni humanidad en ellos, la boca ensangrentada, al igual que sus manos y toda su ropa.

No pensé en nada en ese momento y eché a correr de espaldas, sin perder de vista a mi vecino para que no llegase acercarse, ya que tenía intención de morderme. Estaba a punto de entrar en mi casa cuando de repente giré la cabeza hacia las escaleras, desde abajo subían cuatro personas, o o que quieran que fuesen y desde el segundo piso bajaba otro grupo, no pude distinguir el número, es como si el ruido que se había producido en el rellano hubiese servido como reclamo de más vecinos, todos con las mismas intenciones.

Estaba solo a un paso de meterme en mi apartamento cuando mi talón topó con el felpudo y caí al suelo con mi vecino cada vez más cerca y los demás casi terminando el tramo de escaleras. Fue entonces cuando mi mente cambió de velocidad y mi instinto me empujó a levantarme de inmediato, así que eso hice, me puse en pie y cerré la puerta con la mayor fuerza que pude al ver que aquella cosa ya estaba casi entrando. Me esperaba un gran sonido después de ejercer tanta fuerza para cerrar la puerta pero no fue así, la puerta había topado con el brazo de mi vecino que se partió, acto seguido en vez de pensar en la brutalidad de imagen que tenía ante mis ojos le dí un empujón y acto seguido logré cerrar la puerta.

Nunca había presenciado una escena tan violenta en mi vida, le acababa de partir el brazo a mi vecino de un portazo después de que intentase morderme con los dientes ensangrentados. Fue entonces cuando todos los vecinos empezaron a hacer mas ruido. unos sonidos cada vez más cercanos a mi puerta. Unos diez segundos después de estar totalmente quieto mirando la puerta me acerqué a ella y observé por la mirilla como unas nueve personas que más parecían muertos vivientes de aquellas películas que tanto me gustaban, golpeando y arañando la puerta.

Estaba lleno de miedo, mis padres podrían ser uno de esos seres de ahí fuera, pero no tenía mucho sentido quedarme pensando justo en ese momento así que actué, llevé un par de muebles muy pesados hasta la puerta de la entrada, cerré la puerta del salón y detrás de ella coloqué los sofás, no sabía si lo que hacía tenía mucho sentido pero mi único pensamiento era poner distancia y obstáculos de por medio. Cerré cada una de las puertas de la casa, las ventanas de la terraza y la persiana del salón y por fin llegué a mi habitación, cuya puerta también cerré. 

En aquel momento me dirigía a a la ventana para bajar la persiana cuando me detuve a mirar que había en el exterior...